Mensajes de diversas orígenes

 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Reconquista - Esta es la Hora de la Decisión

Mensaje de Nuestro Señor Jesús Cristo a la Hermana Amapola en New Braunfels, Tx, Usa el 24 de Octubre de 2024, Dictado en Español y traducido por la Hermana al Inglés

 

Escribe, Florecita.

Habla el Alfa y la Omega, El Que Es, El Que Era y El Que Ha de Venir. [1]

Estad atentos a la Voz de Mi Señor, que truena por todos los confines de la tierra, para llegar a cada corazón creado por Él.

Estad atentos al trueno y al susurro.

La Voz de Mi Señor truena para corregir y susurra para consolar.

Pueblo Mío, escucha a Tu Dios. Escuchad a vuestro Padre. Escuchad a vuestro Redentor. Escucha a Aquel que es tu Santificación.

Escuchad, Pueblo Mío.

Mi Voz es caricia y es corrección.

Estad Atentos, Hijos. Sin Miedo, Vosotros Que Me Amáis Y Que Me Reconocéis.

Estad Atentos, Hijos. No Despreciéis Mis Palabras, Vosotros Que Desconfiáis Y Que Por Miedo A Equivocarse Me Perdéis En Medio De Miles De Razonamientos.

Ésta Es La Hora De La Decisión, Hijos.

Año tras año, acontecimiento tras acontecimiento, os he dado Señales, os he dado advertencias, os he hablado y os he llamado a volver a Mí sin cesar.

Pero cuán pocos Me han escuchado y han puesto en práctica Mis Palabras, y las han dejado arraigar y producir su fruto: la Fe sencilla y poderosa que es vuestro escudo y vuestra espada para la batalla que ya se avecina.

Quien rechaza Mis Palabras -que brotan de Mi Corazón por amor y Misericordia hacia cada uno de vosotros-, quien rechaza Mis Palabras rechaza la ayuda necesaria para que podáis vivir Mi Voluntad en estos tiempos y en esta batalla nunca vista.

Os reúno ahora en Mi Ejército; os llamo a él desde todos los rincones del mundo y desde cualquier situación en la que os encontréis.

Venid, Hijos. Ocupad vuestros puestos a Mi lado.

Sí, estáis heridos, sois débiles, estáis sucios, os sentís incapaces de todo.

No penséis en vuestra debilidad, sino en Mi Poder y Fuerza.

Dejad de miraros a vosotros mismos y miradme a Mí.

Miradme a Mí.

Todo el mundo y todo lo que hay en él ha sido contaminado, ensuciado por el pecado y por el razonamiento satánico que destruye la Fe.

Veis los resultados de esto en todo lo que os rodea, en vosotros mismos y en Mi Iglesia.

Cuánto se dice «en Mi Nombre», pero eso es [en realidad] un engaño de Satanás.

Estad alerta.

Un árbol podrido, sin raíces en Mí, no puede producir frutos buenos ni sanos.

No Olvides Esto.

Que El Que Tenga Ojos, Vea, Y El Que Tenga Oídos, Oiga.

La Verdad Está Hablando. [2]

Estos son los tiempos de Mi Acción.

Y lo que necesito de Mi Ejército es Fe, Abandono, Humildad - que escuchéis a vuestro Dios y Le dejéis actuar - primero en vosotros mismos, en vuestras familias, en vuestras misiones particulares.

Lo demás, lo haré Yo, hijos.

Vosotros no sabéis a qué os enfrentáis en plenitud.

Pero Yo Sí.

Y por eso hablo, llamo, invito.

Dejad que los muertos entierren a los muertos.

Tú, Sígueme.

Sí, el camino -Mi Voluntad- es arduo, escabroso, seco, oscuro, frío, lleno de niebla.

Pero es Mi Camino. Yo lo he recorrido primero, amada Mía, para ayudarte ahora.

No tengas miedo. Confíamelo todo a Mí. [3]

Como Yo confié Todo a Mi Padre desde la Cruz, con Mi último latido y aliento.

Confíamelo Todo a Mí.

No te alejes de Mi lado.

Decid Mi Nombre y mirad Mi Rostro. Recordad Mis Palabras y repetíoslas en lo más profundo de vuestro ser.

Ya Vengo, Hijos.

Y Conmigo, Mi Luz, y se cumplirá lo prometido para estos tiempos.

Estad atentos, hijos.

Considerad Mi Vida: Mi Encarnación, Mi Nacimiento, Mi Muerte, Mi Resurrección. [4]

Estad atentos a Mi Voz que os habla y os guía en lo más profundo de vuestro ser.

Apoya tu cabeza en Mi Corazón y escucha Mis Palabras, como hizo Mi Juan en la Última Cena, donde le comuniqué Mi Amor, pero también la realidad de lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos: La traición de Judas, a la vista de todos, pero aún velada al resto de Mis Apóstoles.

Reflexionad, hijos. Con humildad. Con Paz. En Mi Amor.

Mirad Conmigo lo que ahora se despliega ante vosotros.

[Continúa al día siguiente durante la Hora Santa].

Cuando se acerca una tormenta, veis las señales en el cielo, en el aire, en los animales y en la vegetación, en los cambios atmosféricos, y así discernís si se trata de una tormenta pasajera o si es una tempestad de la que tendréis que refugiaros y que causará estragos.

Os digo, hijos, que ahora debéis mirar Conmigo las señales que os muestran el tipo de batalla a la que os enfrentáis.

Hijos, lo que estáis viviendo no es una simple tormenta pasajera que trae lluvia, viento, pero que pronto pasa y deja limpia la atmósfera.

El mundo, la Iglesia, ha pasado por muchas de estas tormentas a lo largo de los siglos. Momentos oscuros pero que pasan rápidamente y traen luz y un esfuerzo renovado en la fidelidad a Mí.

Hijos, os lo he dicho antes y os lo repito una vez más:

Lo que estáis viviendo y lo que pronto se desatará sobre vosotros no es una simple tormenta pasajera como las que tuvieron lugar en el pasado, sino una tempestad nunca vista en la que todo se verá afectado y demolido.

Hijos, igual que en ciertas tormentas debéis refugiaros en un lugar seguro hasta que pase la tormenta, así ahora, Mis pequeños.

Entrad en el Refugio del Corazón de Mi Madre, que no es otro que el Refugio de la Fe sencilla.

Hijos, no tenéis que enfrentaros a lluvias y vientos, sino a razonamientos, sentimientos, confusiones y ataques a vuestra Fe.

La solución no está en el pasado que añoráis, ni en el presente que creéis controlar y comprender, ni en el futuro que tan limitadamente imagináis.

Yo - Y sólo Yo - Soy La Solución.

Por eso os digo, hijos, que dejéis a un lado vuestro pensamiento y voluntad, y os unáis y refugiéis en Mi Corazón, en Mi Persona.

Intentarán convenceros con palabras parecidas a las Mías, con signos que imitan a los Míos, con razonamientos tan sutiles y humanamente sublimes que hasta el más erudito será engañado.

Deja a un lado tus emociones, tan cambiantes y tan vulnerables.

Intentarán manipularte -y ya lo han hecho- con llamadas a tus emociones, tratando así de hacerte caer en una distorsión de Mi Verdad.

Mírame Sólo a Mí Y No Tengas Miedo. Todo Está En Mis Manos.

Hijos, ¿veis cómo la simple Fe es vuestro escudo?

Te repito: las maquinaciones y razonamientos de nuestro enemigo son sutiles y humanamente sublimes - No entres en diálogo con ellos.

Mírame a Mí y repite Mi Nombre.

Te doy el Refugio y las instrucciones que necesitas para refugiarte de la tormenta que se desata sobre ti, sobre el mundo y sobre Mi Iglesia.

Os repito, Mis amados hijos

Un árbol que está enraizado en las tinieblas no puede producir frutos buenos ni sanos.

No os dejéis engañar por las apariencias.

-

Hijos, sé que estáis cansados por la agonizante Espera, por la angustia de lo que está por venir, por la tristeza ante las divisiones en vuestras familias. [5]

Entrégamelo todo a Mí.

Une tus pasos a los Míos. Unid vuestro cansancio al Mío. Une tu angustia a la Mía. Une tu sufrimiento al Mío. Une tu ofrenda a la Mía. Une tus esfuerzos a los Míos.

Une todo a Mí.

Une tu corazón al Mío. Con cada latido, hijos.

Y con cada latido os daré Gracia, Misericordia, arrepentimiento, fortaleza, Paz y un aumento de Fe.

Todo lo que necesitáis está en Mi Corazón, hijos.

Todos los que entran en el Corazón de Mi Madre entran en Mi Corazón, porque Nuestro Corazón es Uno.

Uno en el Amor, Uno en el Dolor, Uno en el abandono a la Voluntad del Padre. Uno en la Ofrenda de Reparación.

Uno.

Entrad en esta Unión, hijos.

Entrad en Paz, en confianza, en la seguridad de que encontraréis todo lo que buscáis, todo lo que anheláis y necesitáis.

¡Cuánto os amo!

[Continúa por la noche]

Os hablo a vosotros, Mi Ejército, porque donde Yo Estoy, y en el Camino que he caminado y en la Copa que he bebido, vosotros estaréis, caminaréis y beberéis.

Todo Conmigo, Mis soldados. Todo Conmigo.

Vuestras oraciones, sacrificios, ofrendas y obediencia a lo que os pido está ayudando a muchos, dejad que esto os anime.

Lo tomo todo y derramo gracia sobre gracia sobre tus hermanos, para limpiar su

ceguera y sordera, para llevarles a un arrepentimiento sincero, para ayudarles a mirarme de nuevo; y mirándome, recordar Mi Amor. Y recordando Mi Amor, pueda entrar en ellos verdadera contrición por su falta de amor hacia Mí, y por su falta de Fe, y [por su] desconfianza. Y con el corazón contrito, puedan recibir la Luz de la Fe y convertirse también en Mis soldados.

Hijos, ¿veis que cuando entráis en Mi Ejército, no entráis solos? [Me ayudáis a traer a vuestros hermanos. Gracias, hijos.

Ahora os hablo a vosotros, Mis hijos Sacerdotes - vosotros que más que todos los demás debéis estar completamente unidos a Mí: Ejerced vuestra oración Sacerdotal en unión Conmigo en favor de todos Mis hijos que están bajo la opresión de Satanás y sus secuaces.

Cuánto sufren estos pequeños Míos, por falta de esta oración de liberación, bendición y protección. Ayudadme, hijos. Estos hermanos vuestros sufren el odio de Satanás de forma directa. Yo asumo su sufrimiento. Pero os pido que seáis Mis instrumentos. Ayudadles.

No tengáis miedo. Yo Estoy Contigo.

Bendigo tus manos una vez más, para que Mi Poder descienda sobre ellas en favor de Mis pequeños.

Ejército Mío, Tu Capitán Te Bendice.

No Tengáis Miedo. Tu Dios No Te Abandona.

Estad En Paz. Si Te He Llamado A Mi Ejército, Es Porque También Te Daré La Gracia De Permanecer En Él.

Ten Paz.

Tu Jesús te ama.

Di Conmigo:

"Padre, que se haga Tu Voluntad.

En Tus Manos encomiendo mi espíritu. Te amo».

Mi Madre también te bendice. [sonrisa]

Estad atentos, hijos.

La Voz de Nuestro Señor se eleva para dar Luz y corrección y consuelo a Sus hijos. Bendito el que recibe Su Voz y permite que produzca el fruto para el que fue enviada.

Ya Vengo. Pronto. Amén.

Nota: Las notas a pie de página no son dictadas por Dios. Las añade la Hermana. A veces la nota a pie de página es para ayudar a aclarar al lector el sentido que la Hermana da al significado de una determinada palabra o idea, y otras veces para transmitir mejor el sentido del tono de Dios o de Nuestra Señora cuando hablaban).

[ 1] El tono que empleó en toda esta primera sección fue muy solemne y diferente al de la mayor parte del resto del Mensaje. Era como si Su Voz saliera de Su Trono, alcanzando todo el tiempo y todo el espacio. Es difícil de explicar. Más tarde el tono cambia y Él nos habla de una manera o en un tono en el que parece mucho más cercano: aquí, ahora.

[ 2] Dicho en el mismo tono solemne que al principio del Mensaje.

[ 3 ] Cuando nos pide que Le confiemos Todo, entiendo que en ese «Todo» están presentes no sólo nuestras propias necesidades y las de nuestras familias, nuestro trabajo, nuestra salud, la situación en cada país, en el mundo entero y en la Iglesia, etc.; sino también todos nuestros miedos, angustias ante toda la confusión externa e interna, el sentimiento de estar solos y abandonados, de estar confusos y dudosos; y toda nuestra debilidad y miseria, nuestros pecados, todo nuestro pasado, presente y futuro, la salvación de nuestra propia alma. Si es difícil confiarle las cosas externas, cuánto más difícil nos resulta confiarle las cosas internas que nadie ve, y que pueden ser tan dolorosas y oscuras que podrían parecer sacrílegas por los sentimientos que provocan. Cosas que, pareciendo casi ofensas a Dios, parece casi imposible confiárselas. Pero creo que son éstas, en particular, las que Jesús nos pide que le confiemos.

[ 4] Lo que percibí en esto es que Él quiere que reflexionemos sobre cómo sólo los que estaban verdaderamente atentos pudieron ver la grandeza de estos momentos de la Vida de Jesús: los Misterios que se desarrollaban ante ellos. Las multitudes vieron y oyeron. Pero no comprendieron. Sólo unos pocos comprendieron. Lo mismo ocurre ahora: el Padre está mostrando Su Plan, pero pocos lo reconocen como tal.

[ 5] El tono cambia aquí y se vuelve más suave, es una llamada llena de Amor y compasión, de comprensión y aliento.

Origen: ➥ MissionOfDivineMercy.org

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